En su investigación sobre Bioética y Holocausto Tessa Chelouche y Stacy Gallin constatan que los médicos fueron los profesionales que más decididamente se plegaron al régimen nazi. El cine ha dedicado especial atención a plasmar este fenómeno, revelando con su arte los aspectos más sutiles del horror tras los guardapolvos blancos. Con la fuerza incontenible de las imágenes ha recreado facetas inéditas de esos oscuros personajes de la historia, descubriéndolas ante los espectadores. Como en la escena del oficial médico que confronta a Sophie con la trágica elección en el film de Alan Pakula, o la lógica desquiciada del Dr. Lessing, el médico examinador en La vida es bella, con su delirio rumiante de acertijos en medio del exterminio. Y por cierto la mórbida prolijidad del Dr. Ludwig Stumpfegger, cuando prepara las dosis de veneno para los niños de Goebbels en La Caída. A partir de fragmentos de estos filmes, nos abismamos a los distintos rostros del espanto: el del sadismo y el desquicio, pero también el de la silenciosa banalidad del mal. La matriz de la medicina en Alemania entre 1918 y 1945 nos permite así comprender mejor algunas de las tendencias contemporáneas en materia de eugenesia y “human enhancement”. También intervenir sobre ellas con pertinencia a partir de un modelo de genuina complejidad para el sujeto humano.

​

Este proyecto integra la programación de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires  y cuenta con el asesoramiento de Tessa Chelouche (University of Haifa, Israel) y Stacy Gallin (Misericordia University, USA).