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CINE y adicciones
Shame

Shame

En los primeros minutos de “Shame” asistimos a la rutina de un adicto al sexo día tras día, un hombre preso de una sexualidad incontrolada que es capaz, en un juego de infidelidad entre miradas, de pasar en pocos minutos de la atracción a la insistencia casi acosadora. El personaje  de Brandon, podríamos decir que transita por las diferentes adicciones de la subjetividad moderna: adicto al trabajo, a nuevas experiencias sexuales, que pasa su vida con un sinfín de objetos de consumo, que van de la televisión a la cocaína, al porno, al Ipod, a los juguetes eróticos. Se lo podría  considerar como un adicto a la adrenalina en general, haciendo foco en la vida sexual hipermoderna. El film muestra lo que puede ser el estrago contemporáneo, la bancarrota subjetiva, muerto en vida en su rutina, (aunque más que rutina habría que decir continuidad), sólo, abandonado a sus propios impulsos, tratando de extraer algo de vida de allí, de lo más inmediato, de su cuerpo, en una búsqueda de satisfacción permanente y permanentemente fallida.

Con textos de: 

           Shame por: Ángela Vitale

           Shame: adicción al sexo, imágenes y femineidad por: Nicolás Bousoño

Recorte cinematográfico: 

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