Requiem por un sueño
En el hospital, Harry completa el periplo de su sueño americano de hacerse millonario con el fraccionamiento de la heroína. Ha sido amputado del brazo en el que se auto-inyectaba la jeringa. En su casa, con el cuerpo enrollado en posición fetal, Marion todavía puede seguir descendiendo a los infiernos. Su cuerpo ha sido sodomizado, se ha transformado en una prostituta de lujo que cobra con drogas que la empujan a una mayor adicción. Susan, con el cuerpo temblando, muchos kilos de menos, con un delirio que proviene de la explosiva mezcla de anfetaminas y televisión, ha entrado en el calvario del electroshock. Cada uno a su manera ya no dispone plenamente de su humanidad. El recorrido ha concluido. El sueño se ha hecho pesadilla y nos anticipa la tragedia. Los objetos, heroína o anfetaminas serán respuestas posibles al sufrimiento. De modo que estamos situando la adicción como defensa y no como causa de la cuestión. Las adicciones de esos sujetos resultan ser una provisoria solución malograda que agravará el conflicto.
Con textos de:
Del Réquiem por un sueño al despertar de la adicción por: Paula Paragis
Sin contemplaciones. Sonríe: la heroína y la TV te aman por: Hugo Dvoskin
Recorte cinematográfico: