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Figli - Hijos

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La narrativa se centra en el vivenciar de Javier, un joven de veinte años que vive en Milán junto a sus supuestos padres. Él mantiene una relación por mail con Rosa, una chica argentina de su misma edad que sabe que es hija de desaparecidos y que llega a Milán para decirle que él es su hermano mellizo. Tras el rechazo inicial de lo que ella dice, Javier comienza a cuestionar sus orígenes biológicos y encontrarse con aspectos desconocidos de sí mismo. El film nos confronta con la experiencia ilusoria del espejo, que solo muestra una imagen en la que nos alienamos evidenciando que no hay modo de determinar allí la identidad. Sin embargo, en el momento anterior al que Javier decide hacerse una prueba de ADN, este se observa frente a un espejo y, habiendo visto una foto obsequiada por Rosa, repara en la repetición de rasgos y dice: me parezco a mi papá, mientras acaricia su reflejo. La joven, que en principio se le presenta de forma inquietante, como una doble que rechaza y que pone en juego su estabilidad yoica, lentamente va habilitando un vínculo que le permite escuchar su historia. Así, el film exhibe otra cara de la ominosa figura del doble: quien viene a anunciarle la verdad sobre su filiación -que en principio resulta amenazante- es la que le permite comenzar a elaborar su pasado incierto.

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