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Guasón

Del comentario de Sergio Zabalza:

El Joker de Phillips encarna lo que de cada Uno no hace lazo: una de cuyas versiones es la locura. Pero a medida que transcurre el film, en el Guasón la locura cede a la dignidad: el sujeto comienza a apropiarse de su síntoma: ahora se puede reír del Otro. De allí que el personaje protagonizado por Phoenix, lejos de oficiar como mero espejo de la violencia generalizada, va por más. El Joker es más lacaniano que foucaltiano: no se resigna a ser el objeto maldito producto del Poder. Tampoco a esperar que el Otro lo ayude a construir un final feliz (“happy”, como lo llama su madre). Más bien, este Guasón interpela al sujeto para que se haga cargo de la locura que –por ser hablante– habita, de manera inexorable.

Con textos de:

El Joker es reverso, nunca espejo, por: Sergio Zabalza

Reir para no llorar. O matar, por: Griselda Gallino

Cuando la felicidad se torna una cruenta hoguera por: Daniela Santandreu

Los crujidos del Joker por: La Cueva de Chauvet

Joker: ¿Una película fiel a su texto o a su contexto? por: Juan Velis

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