
El despertar de L.
Las dudas y presentimientos son habituales en los casos de apropiación. Sin embargo, los indicios del secreto no siempre motorizan una genuina interrogación por parte del sujeto. En palabras de Ulloa (1996), se convive con ello, con lo que se ignora, aunque se lo intuye inquietantemente. Además, estas sensaciones suelen suscitar la negación que se expresa en las frases que sostienen los testimonios: “Es mi imaginación”, “No puede ser cierto”, negación que persiste en muchos casos luego de la restitución judicial. “El despertar de L.” manifiesta las primeras sospechas que van dando paso a la inquietud de Laura. En este caso, el movimiento sucede cuando ella lee la carta que el poeta argentino Juan Gelman publica en un diario dirigida a su nieta apropiada.
A partir de esto, comienza la búsqueda. Una búsqueda iniciada subjetivamente desde que se sabía adoptada por un policía ya fallecido, sin sospechar sin embargo hasta qué punto estaba implicada en los delitos de este hombre.
Se acerca entonces a Abuelas de Plaza de Mayo, y sufre la contradicción respecto del sentimiento que la une con su madre adoptiva. Puede comenzar a andar su propio camino al conocer a otros jóvenes que como ella están frente al desafío de no conocer su identidad biológica debido a una filiación falsificada.
Primera parte del film:
