El abismo... todavía estamos
La duda acerca de la propia identidad suele suscitar sentimientos de extrañeza. Este afecto también puede surgir en familiares que advierten de algún modo la mentira, como le sucede al sacerdote de “El abismo… todavía estamos” cuando cree reconocer en una joven de unos treinta años a la hija de su hermano Ernesto, desaparecido durante la dictadura junto a su pareja, que se encontraba embarazada. Mientras se cuestiona si se trata o no de ella, el sacerdote retoma la historia de los años que había querido borrar de su memoria. Comienza así a recordar, y con la intención de que la joven sepa la verdad, se pone en contacto con ella para atravesar juntos los dilemas que conlleva la restitución.
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